Sentidos.

De vez en cuando revisaba los anaqueles de la biblioteca en busca de un libro que recordaba de lomo azul. Pasaba y repasaba sus ojos por los infinitos lomos hasta darse por vencido y entonces empezaba a leer los títulos. Generalmente encontraba el libro y no tenía el color del lomo que recordaba. Nunca aprendía, al poco tiempo repetía el error sin entender que el prejuicio de lo que se busca suele impedir que sea encontrado. 

9 comentarios:

  1. Tropezaba siempre con la misma piedra, digamos.
    El párrafo final es una máxima.

    Beso inmenso


    SIL

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  2. Los prejuicios son inútiles. Pues nunca nada es lo que parece...
    Un abrazo!!

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  3. Pasa eso tantas veces con los recuerdos...

    Un abrazo :)

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  4. Pues imagínate si en lugar de un libro se tratase de otra fábrica de prejuicios con patas... entre la necesidad de juzgar y el perjuicio de ser juzgado... menuda convivencia !!!

    Abrazos desde el ocaso.

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  5. claramente!! eso sirve para todo orden de cosas.... buscar el novio de tal caracteristica q impide ver en los hombres una caracteristica q no sea aquella

    saludos

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  6. y tambien.. cuando dejas de buscar, lo encontrás.

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  7. Ese libro debía de ser muy interesante...

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  8. A veces recordar algo como creiamos que era, nos impide ver cómo es ahora.
    Muy buen texto.
    un saludo

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  9. Perfectamente ilustrativo de algo que estuve tratando de explicar y no podía... le pusiste palabras a mis ideas. Sólo por esto elijo seguirte: ahora quiero más :-)

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