Me siento perseguido por el tiempo, atrapado en un reloj circular que por no saber a dónde ir, vuelve al mismo principio, pero más viejo, más cansado y rendido. Las horas recuerdan los minutos, que a su vez dan vida a los segundos, que me gritan que el tiempo pasa y el destino no espera, se escapa. O tal vez el destino sea este, el pensar eternamente que mi destino se escapa y que jamás podré alcanzarlo. Pero el reloj ríe segundo a segundo, hace promesas que se pierden es su mismo tic tac, que se consumen a ellas mismas. Nada hay en el próximo segundo que no haya estado en el anterior, apenas un amanecer tan circular como el de ayer, que sabe que su destino será la noche, la oscuridad, pero amanece esperanza, amanece la fantasía de haber destruido la noche, de haberla vencido para siempre, pero no, jamás mientras el reloj no se detenga, y la noche volverá y festejará el haber destruido la luz y la mañana hará otro tanto, hasta que se entienda que el sentido de todo es la circularidad, el dos, la letra Bet y que el absoluto es sólo posible en el instante, en ese momento que no es momento, ente el tic y el tac.
Pasado.
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Si si, ya lo entendí, entonces...a moverse.
ResponderEliminarEs hermoso esto.
ResponderEliminarmuy lindo ^^
ResponderEliminarte sigo :)
Fuerza centrípeta.
ResponderEliminarTe espero por casa.
Abrazo
Para mi es un error pensar que la oscuridad destruye la luz, osease la noche al dia. Porque cada momento es tan admirable como el que ya paso.
ResponderEliminarun abrazo ignacio