Señor López.

López había sido un excelente alumno, de conducta intachable, acreditado merecedor de todos los premios de los que fue víctima.

Pero la infancia de López ya era historia antigua, y con el tiempo se demostraba, de a poco, que de todo aquello lo único que no había cambiado era su impotencia social, su imposibilidad para comunicarse con otras personas hasta había empeorado y es por eso que nadie se entero del accidente.

La única persona que hablaba con Ariel López era Inés López, su hermana, quien representaba para Ariel los mas aburridos discursos de como encaminar su vida, lo que había producido un severo alejamiento de parte de Ariel y no así de parte de Inés.

Para López, quien siempre había calculado todos sus pasos varias veces para no equivocarse, era realmente raro el no saber donde estaban,-digo estaban porque viajaba con su canario Isaac-, el no conocer lo que veía, el no reconocer, porque era el mismo viaje de cada mañana hasta el laboratorio, lo preocupaba demasiado para dejarlo pensar libremente. Barajó varias hipótesis dignas de un loco algunas, de un estupido las otras, pero ninguna digna de un físico de la universidad de Buenos Aires, recibido con honores, como ya se ha dicho.

Inés, por alguna razón que excede el entendimiento de quien les habla, a diferencia de todas la mañanas de los últimos once años, no llamó al laboratorio para saber si Ariel había llegado, supongo que era la única forma de que disponía Inés de lograr el perdón de Ariel. Pero no importa la causa, lo que importa es que ni siquiera Inés sabia que López había desaparecido del planeta.

López, por su parte, intento detener el automóvil, sin sentir cambio alguno saco su pie del freno y supuso que estaba detenido en alguna parte y se quedo pensando, o algo así, mientras miraba fijamente la nada en busca de algo, y de repente miro a Isaac y le dijo :

-Que solos estamos, no Isaac ? cuanta razón la de Inés, que estúpidos fuimos, -como haciendo cómplice al pobre canario de su insólito crimen-.

Pero toda su vida era lo mismo que estaba en ese momento en el auto, el y su canario y por que debía viajar a otra dimensión para notar lo solo que estaba.

Aunque para López solo pasaron unos escasos minutos, a Inés le preocupo que aunque no llamara a Ariel por Cuatro días el no la llamara a ver si le pasaba algo y , un poco enojada y un poco asustada, decidió llamar al laboratorio. Con inmensa sorpresa escucho decir al portero que  el señor López hacia cuatro días que no se presentaba y le pidió a Inés que si lo veía le comunicara que un tal Rasfuster o algo así necesitaba urgentemente hablar con López por algo de una puerta en el auto de López. Aclaro el portero que así dijo, no una puerta del auto sino que hablo de una puerta en el auto y que por favor se comunicaran porque este señor lo estaba volviendo loco.

Rasfuster era en realidad Rachutler, que era en realidad Claudio Panter, un compañero de López hasta el tercer año de la licenciatura en física, la cual abandonaría para estudiar parapsicología y otras ciencias “ocultas” . Es un estudio muy privado decía Claudio a López, a lo que López contestaba que de lo único que estaba privado era de fundamentos y los dos reían, uno por su viveza y el otro por respeto y por necesidad. Rachutler creía haber descubierto que en cada pedazo de materia, por mas ínfimo que este fuera, se hallaba grabada, como en un disco solía afirmar, toda la historia de todo el universo  y precisaba de López para darle algún fundamento fisico-matematico y humano, en fin dibujarlo de una forma creíble para la gente y según López creíble fundamentalmente para él.

López llego a pensar que este incidente era la obra de sus co-laboratoristas, pero una vez mas descarto la hipótesis basándose en que seria muy atrevido de parte de personas de las que ni siquiera conocía el nombre una broma de este calibre, por lo que comenzó a preocuparse de lo que estaba ocurriendo, nada se veía fuera de lo que era el auto, era como flotar en el espacio pero iluminado como un mediodía de verano. Daba la sensación de que al salir del auto todo el truco fracasaría, pues pisaría suelo firme y se confirmaría la hipótesis de la broma, pero la irrealidad de lo visto hacia que media hora después de haber llegado a este lugar López siguiera pensando en bajar del auto.

Media hora había pasado para Ariel, pero para Inés iba a cumplirse un mes de la desaparición. Cuando Inés intento encontrar a Rachutler parecía que a él también se lo había tragado la tierra y esto venia a confirmar todas las suposiciones de Inés acerca de Rachutler, siempre le había parecido una mala influencia para Ariel, siempre con sus ideas de objetos deformes con otra noción del tiempo y vaya a saber una cuantas estupideces metía día a día en la cabeza del pobre de Ariel. Inés sentía haber fracasado con su insistencia de que su hermanito conociera gente, nunca había logrado que hablara con nadie y cuando trajo a su primer amigo a comer un domingo por la noche a casa de Inés era este desquiciado de Rachutler.

Para López el tema ya era demasiado pesado como para seguir inmutable y tranquilo en el asiento de su BMW descapotable y por primera vez en su vida corrió la capota, se paro en el asiento y grito con todas sus fuerzas :

-Suficiente, ya es suficiente, se creen que no se que esto es una broma y que solo desean molestarme. Intentando que no se notara que le temblaban las piernas, no se si por miedo a la situación o a la demostración de coraje que acababa de hacer, pero algo en el le decía que había algo mas, como si aunque hubiera pasado una hora solamente el fuera plenamente consciente del año transcurrido para los demás, incluso parecía que el auto había envejecido, por lo que inmediatamente apago el motor, con sorpresa descubrió que el auto estaba a punto de cumplir el millón de kilómetros,  lo cual era simplemente imposible, y sintió que su fin estaba próximo. Sintió que había sido un estúpido y un arrogante, no solo con Inés sino que con todo el mundo, pero creo que Inés era la única persona que le importaba y por la única que pensaba todo esto, al fin y al cabo era la única persona que conoció que lo llamaba Ariel y no López o señor López, y eso era merecedor de un reconocimiento que ya era imposible  materializar.

Inés murió el mismo día en que se cumplían los dos años de la desaparición de Ariel, nadie sabe de que murió exactamente, pero dicen los mas allegados que de lastima por Ariel y por ella misma, después de todo para poder dedicarse a salvar la vida de Ariel había desperdiciado la propia y nada le quedaba sin su hermano.

El día de la muerte de Inés, López sintió una profunda lastima y no supo por que ni a que se debía, pero supuso algo verdaderamente malo, y no era para menos estaba por cumplir su segunda hora en este universo paralelo, ya lo reconocía así pues era la única hipótesis posible y de la cual se convenció al ver que el reloj pulsera, su reloj pulsera, que tiro por la ventanilla se había pulverizado al soltarlo de su mano en el espacio exterior al auto y se sintió como un pequeño pedazo de materia, el mas pequeño de todos y rememoro su historia, y rememoro la historia del mundo y hasta se atrevió a imaginar la del universo, pero se dio cuenta que con esto estaría confirmando la loca idea de Claudio y dando a tierra con todas sus creencias, con su física, sus principios,  su vida. Luego de meditar un rato saco a Isaac de su jaula y lo libero, tardo menos que el reloj en pulverizarse y luego salto él al vacío y debo reconocer que yo lo sentí mucho, porque conocía la forma de salir de ahí, pero pense que si lo dejaba un rato mas se convencería de que mi teoría no era tan descabellada y me ayudaría, pero cada uno debe encontrar su destino, así que volví al auto y apague la radio, o cerré la puerta,  que estaba prendida con el volumen al mínimo, vale aclarar que era la primera vez que se prendía y pense verdaderamente que esto nunca sucedería, y volví al laboratorio donde tarde o temprano aparecería otro ingenuo genio que me ayude con mis cosas.